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EL COLOR SEGÚN LAS ÉPOCAS

Inauguramos nuestro blog con un tema que nos interesaría ampliar y es motivo de análisis en nuestros cursos de arte enfocados a la percepción visual ante un cuadro o una escultura u otra manifestación artística.

Hoy hablaremos del color según las épocas.

Vivimos en una continua mutación. En estos cambios también incluimos como cambia la manera de percibir los colores.

El color que hoy vemos no es el mismo que veían los antiguos.

Es interesante destacar que los romanos poseían una gran sensibilidad para los blancos y para los negros. Y los nombraban de diferente manera según la percepción que tenían de los mismos.

Los llamaban Candidus y Albus. Candidus era el blanco resplandeciente, el de la nieve en cambio el Albus es el blanco que no brilla, por ejemplo, el de la clara de huevo.

También denominaban al negro de diferente forma Niger, es el negro reluciente como el de ciertas piedras el lapis niger o la obsidiana que se definía como nigra. Y Ater es el negro apagado, inerte del carbón.

Por lo dicho, los romanos tenían un tipo de sensibilidad que nosotros en la actualidad ya no la poseemos. Salvo las excepciones que incluyen a los artistas y otros vinculados al arte del expertise.

Otro ejemplo de ello es que, al leer los textos griegos, el color verde no se diferenciaba del azul, la distinción de estos dos colores aparece a posteriori.

En algunos pueblos de Asia, hay colores que no son utilizados, se deduce que no es por un problema fisiológico, sino cultural.

Volviendo a nuestros días, si observamos los colores de la ropa dos décadas atrás, nos sorprende su incongruencia, porque nuestra sensibilidad cromática ya no es la misma.

En el arte hay colores que se van introduciendo en forma gradual. El color lila no se encuentra en pinturas anteriores a 1875. Este color recién aparece con los impresionistas y lo observamos en Monet o Renoir.


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