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papel antiguo

Los rasgos gemelos

Esta breve prosa poética tiene forma de fábula. Narra un encuentro entre dos sentimientos que se entrechocan dentro del corazón humano: el miedo y la esperanza. Podrían tener más en común de lo que ellos quisieran admitir.

Los rasgos gemelos

Se dieron cita, sin pedirlo, allí donde los senderos se funden. Aquellos dos espíritus que surcan el piélago del humano corazón, tan de borrasca aquejado, bajo el pecho tembloroso. Temor y Esperanza —a tal nombre respondía cada uno— cuando el intenso sentir al cuerpo conmueve, y la fe al navío impele, o el miedo desgaja la proa antes valiente. Ambos se hallaron, casi rostro a rostro, y mudos contemplaron el rival semblante.


—¿Eres tú —inquirió Esperanza— quien a este hombre (dueño nuestro) flagelas? Semeja tu voz el crespo oleaje que del abismo nace.


—Tal soy —repuso Temor— mas cruel intención en mí no mora. Prevengo mayores males, que no sufrirá quien pavor sienta.


—Males y ansiedades, que hoy punzan, quizá mañana jamás vengan.


—Pero tú —dijo Temor— a cimas elevas los sueños, contra mi (dices) acre consejo. Cuando se despeñan, ¿dónde estás tú?


Así trabaron verbal discordia, sin notar en ambos comunes rasgos. Pues un mismo rostro tienen Esperanza y Miedo. Los años añaden recelo donde antes la audacia rugía. Bienaventurado quien, al ajarse la piel y níveo tornarse el cabello, halla el despojo del perdido arrojo. Cuando sabia, templada la bravura, más puede alcanzar que la juvenil osadía.


Libro Apofis y el Dragón

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