“Andábamos sin buscarnos, aunque sabiendo que andábamos para encontrarnos...”
Nunca voy a saber cuándo comenzó a gustarme, o cómo comencé a incluirlo en mi rutina, como si fuera esencial.
Recuerdo la primera vez, hice una cara de asco terrible y mí mamá sonriendo dijo: "algún día no lo vas a poder dejar"...
Muy de a poco, y sin poder identificar el momento exacto, se convirtió en mi aliado inseparable para los momentos en los que me cuesta conectar. Si miro, él siempre está ahí; mi aliado incondicional, cálido para los momentos precisos.
Temprano por la mañana, con mi cara de no me hablen y mis pelos de pelea con el peine; él aparece en escena... ¡mi cara cambia!.
Dulce o amargo, lavado o recién hecho, variantes para disfrutarlo a cada momento.
Hablar no siempre es sencillo, pero no sé que tiene el matecito que me relaja, me alegra y me impulsa a decir con el corazón lo que pienso.
A veces calienta mis noches frescas y a pesar de que puede estar amargo me endulza.
Dulce o amargo, lavado o recién hecho, variantes para disfrutarlo a cada momento.
¿Por qué el mate es tan importante?
Pasa que es cultura, es familia, es un pedacito de paz para conectar con quien se comparte.
Commenti