¿Cuánto debe estudiar por semana?
Es una pregunta común que nos presentan muchas familias. Y la respuesta es: no hay una cantidad establecida pues todo depende de lo que se esté trabajando y objetivos que se planteen en cada clase. Pero más allá de eso, todo depende del niño o niña y de su día a día.
A mi estudio han llegado:
Los que nunca estudian y les sale todo.
Los que nunca estudian y no les sale nada, pero igual lo disfrutan.
Los que estudian 10 min antes de la clase y no necesitan más.
Los que estudian todos los días y avanzan igual que los que estudian 10 min.
Los que estudia 2 veces por semana y no necesitan más
Y estoy segura que muchas más posibilidades irán apareciendo.
Cabe preguntarse...
¿Cuánto nos cuesta a nosotros como adultos sentarnos a hacer eso que debemos hacer?
Por más que nos guste y que sepamos que al hacerlo nos sentiremos bien, dar el primer paso no es fácil y muchas veces habrán otras cosas más tentadoras o más importantes para hacer.
Como acompañantes de niños/as es nuestra tarea observarlos para ayudarlos a encontrar su propio orden. Esto toma tiempo al igual que a nosotros nos tomaría tiempo encontrar nuestro orden. Es importante recordar que una vez que se establecieron pautas de trabajo están son flexibles pues todos los días no son iguales ni nosotros los mismos. Esta advertencia es para no sentir culpa si hay días que no se "cumple" lo pensado.
¿Existe entonces una fórmula mágica para sentarse a estudiar?
Fórmula mágica no, pero si hay algunas herramientas que podrás aplicar con tus alumnos/as o con tus hijos/as para incluir días de estudio.
Algunos consejos
1. Observación y conversación
Antes de organizar la agenda charlen sobre lo que harán y decidan juntos. Eso hará que el alumno/a se sienta parte del proceso y no solo un participante pasivo.
2. En casa, en compañía
Acompañarlos o estar cerca durante su estudio. Preguntarles cómo les fue en la práctica, si les resulta difícil o fácil. Hacerles saber que nos interesa lo que hacen y que lo valoramos. Preguntemos si quieren tocar algo para nosotros o que nos enseñen a tocar alguna canción.
3. Horarios flexibles
Si no estudia nunca empezar por 1 día a la semana fuera del día de la clase. El día podrá variar, así como el horario, pero deberá estar en algún momento de la semana.
4. ¿Qué incluir en la práctica?
Aquí algunos ejemplos que trabajo en clase. Profesor/a y familias: Estas solo son algunas ideas las cuales ustedes pueden acomodar de acuerdo a su forma de trabajo y actividades diarias:
Repertorio a trabajar en la semana.
Repertorio de repaso. Aquí podemos seleccionar las que más le gustaron y plantear algún objetivo como por ejemplo grabar un video o un pequeño concierto en familia.
Repertorio sin partitura. Suelo trabajar con las canciones que más les gusta. Son obras que por el momento están fuera de su alcance si las tuvieran que leer con partitura por lo cual las trabajamos clase a clase de memoria.
5. ¿Cuánto tiempo?
Cada uno de los puntos del 4to consejo puede llevar mínimo 5 minutos y máximo 15 minutos (el tiempo varía dependiendo de la edad). Si se hace todo en 1 día, hacer 1 punto y descansar o realizar otra actividad y en otro momento del día retomar. Si lo hacemos en 2 días puedo hacer dos actividades en un día y una en otro. O todas en 1 día y repetirlas en otro día. Lo mismo si lo hacemos en 3 días o más. La idea principal es repartir la práctica.
6. En qué orden estudiar
Intercalar algo que le es difícil con algo que no tanto o algo que le guste mucho y algo que no tanto. De esta manera será más ameno el tiempo al piano.
7. Sin culpa
Si no se estudia durante la semana, no hay problema. Esta semana una alumna de 7 años me dijo ante mi pregunta de si había memorizado una canción: no tuve tiempo, pero no hay problema. Me pareció una respuesta muy tierna pues es algo que yo les digo mucho “no hay problema”. Claro que no hay problema. Ya lo hará la semana que viene o lo estudiaremos juntas o planificaremos el estudio semanal juntas. Los primeros pasos en el aprendizaje del piano se tratan de conocer música nueva, afianzar los propios gustos musicales, crear música y desarrollar poco a poco las habilidades para interpretar las canciones deseadas.
Tomemos con calma la práctica semanal. Habrá semanas malas, semanas malas, semanas malas, semanas buenas, semanas buenas, semanas buenas, semanas locas, semanas brillantes… transitémoslas con flexibilidad.
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